Para mi regalo de cumpleaños número 14 mis padres me pidieron: ¿Inglaterra este verano o el scooter todo el año?
Elegí Inglaterra. Es decir, un viaje de estudios para aprender inglés.
Ya había desarrollado una pasión por los cómics -y la lectura en general- que todavía conservo. En mi país había una pequeña pero bien surtida tienda de cómics que me proporcionaba cómics de Marvel y DC directamente en inglés.
Necesitaba aprender inglés para entender los diálogos de mis superhéroes favoritos. También entendí su importancia general.
Así que elegí descubrir un lugar lejano, Inglaterra, en lugar de andar en scooter por lugares cercanos.
A partir de ese verano inglés inició un viaje para descubrir otras culturas que nunca ha detenido.
En la escuela secundaria (los teléfonos móviles no estaban tan extendidos y los teléfonos inteligentes no existían) comencé a mantener correspondencia con algunos "amigos por correspondencia" de otros países. Aún conservo las cartas y recuerdo la emoción de ver aquel sobre internacional en el buzón.
En la Universidad fui parte activa de AIESEC, la Asociación Internacional de Estudiantes de Economía. Organicé un viaje a mi pequeño pueblo, fue genial presentar el pueblo a estudiantes de todo el mundo.
Tuve mi primera experiencia como inmigrante en Bangkok, cuando durante 3 meses trabajé como pasante en el Instituto de Comercio Exterior.
Luego Alemania, Inglaterra, Japón, Estonia, por estudio o trabajo, y muchos otros destinos para hacer turismo.
Y luego está Venezuela, el país de Angy (la versión corta de Angélica), al que clasifico en una categoría aparte y que ahora considero mi segundo hogar.
“Aprendo, aprendo, aprendo”, era el lema de Kintaro Oe, el joven japonés protagonista de un manga, que recorría Japón en su bicicleta, siempre buscando nuevos trabajos y experiencias.
También es mi filosofía. Aprovechar la diversidad de culturas que nos rodea, comprenderlas para entendernos mejor.
Broccoly nació con este espíritu.
De mi viaje a Sarajevo y de Angy a Nueva York surgió la idea de facilitar el encuentro de culturas a través de la historia de una Italia cambiante, inclusiva y capaz de valorizar la diversidad de talentos que tienen la opción de hacer realidad sus sueños. verdadero.